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Estos bunkers de Brunete se encuentran detrás de la gasolinera que está en la antigua carretera de Quijorna. Son nidos de ametralladora, de forma semiesférica y de pequeño tamaño. Estos tres bunkers con los otros cuatro que se encuentran en la rotonda cercana, tendrían que ser unas fortificaciones para controlar el acceso al pueblo. A dos de ellos no se puede acceder por encontrarse en una finca privada y vallada, el tercero se encuentra en buen estado y es accesible sin ningún problema. Pertenecían al ejército franquista.
De iguales características y finalidad que los fortines-Bunkers que se encuentran en el nudo de comunicación entre Brunete, Quijorna y Villaviciosa de Odón. Todos ellos se construyeron en febrero de 1939 y eran un ensayo para defender el frente con este tipo de obras, estaba previsto construir más.
Se encuentran en la retaguardia del frente cubriendo el antiguo paso de la carretera, en la actualidad se ha modificado el trazado del la M-501. Son cuatro fortines semienterrados, con bóveda de media naranja o forma de medio huevo apuntada, con troneras aptas para fusilería en todas las direcciones.
En la construcción de este tipo de fortificaciones es muy común el uso de material de circunstancia y se puede apreciar en alguno de ellos la utilización de piquetas de alambrada y el propio alambre de espino como ferralla.
La verdadera razón de estas defensas tan retrasadas de primera line del frente es la de generar centros de resistencia en los nudos de comunicación en retaguardia, según la orden dictada por el propio Franco en noviembre de 1938. Para protegerse de un hipotético ataque enemigo que quisiera utilizar la carretera como eje de avance primero tendría que eliminar los fortines cruciformes, después atravesar el núcleo urbano de Brunete y finalmente estos nidos que estorbarían su progresión. Este sistema de defensa podría retener durante horas o días (como sucedió durante la Batalla de Brunete) la ofensiva enemiga.