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Es una capilla románica del siglo XII situada en uno de los extremos del cementerio, a la entrada del pueblo, frente al puente medieval.
Presenta planta rectangular y una sola nave con cubierta a dos aguas, ábside semicircular y realizada con sillares regulares recibidos con argamasa.
En la fachada principal se encuentra la portada principal de grandes dimensiones formada por un arco de medio punto adintelado, sobre la que anteriormente había una hornacina para albergar la figura de un santo. En la parte inferior de la fachada este destaca una abertura rectangular enmarcada con sillares y tapiada posteriormente.
Originariamente esta capilla tenía un pequeño campanario de espadaña de un solo ojo y acabado en forma triangular en lo alto de la fachada principal, el cual ha sido reconstruido recientemente.
La primera referencia documental que se tiene de esta capilla, data del año 1758 a causa de una visita pastoral del obispo de Urgell. Sin embargo, parece ser que sus orígenes hay que buscarlos en el siglo XII, época en que las capillas bajo esta advocación solían ser un lugar de refugio para personas que padecían enfermedades contagiosas.
La ermita esta adosada al muro que rodea el cementerio quedando los pies de esta con su entrada fuera del recinto mortuorio, y la cabecera en el interior del campo santo al que hay que acceder para poder ver la parte exterior del ábside.