Castillo de los Duques de Alba

Durante el reinado del  rey Fernando II mandó construir una torre de vigilancia que el Rey Sancho IV de Castilla llamado el Bravo amplió. De esta antigua construcción no queda nada. El actual castillo, está asentado sobre la torre anteriormente mencionada y se comenzó a construir sobre 1430 y concluyó durante el siglo XVI. Iniciado por don  Gutiérrez Álvarez de Toledo, primer señor de Alba de Tormes. El castillo fue desde el primer momento de su construcción residencia de los Duques de Alba el linaje más importante de los siglos XV y XVI.

En1448, el rey Juan II de Castilla confisca el castillo siendo durante nueve años propiedad real. La devolución es realizada por parte del rey  Enrique IV de Castilla también conocido por el Impotente. Bajo la propiedad de don  García Álvarez de Toledo se inician las principales obras de acondicionamiento del castillo. En su construcción trabajaron artistas como Juan Carrera, Enrique Egas o Juan Guas. Con D. Fernando Álvarez de Toledo, III Duque de Alba, más conocido como el Gran Duque de Alba, es con quien el Castillo se engalana con los mejores mármoles, pinturas y tapices; y es cuando se pintarán los magníficos frescos del Salón de la Armería.

La sobriedad de los severos muros de la Torre del Homenaje, contrasta con la grandeza de su interior, donde la Sala de la Armería muestra excepcionales frescos renacentistas realizados por el italiano Cristóbal Passini. A consecuencia de la Guerra de la Independencia tan sólo se conserva la Torre de la Armería y sus frescos renacentistas aunque la sala baja alberga una interesante exposición de restos arqueológicos del propio castillo entre las que destaca el busto de mármol del Gran Duque realizado por Pompeyo Leoni.

En 1809 durante la Guerra de Independencia fue desmantelado por las tropas francesas, quedando en la actualidad solamente una de las seis torres que llegó a tener, este hecho motiva que sea conocido como El Torreón.  Es conocido por todo el mundo, que los franceses en su retirada tenían por costumbre destrozar cualquier edificación que pudiese servir al ejército español.

Antes de su desmantelamiento el castillo sufrió los efectos del terremoto de Lisboa, cuyas secuelas pueden apreciarse en las grietas que conserva el Torreón.

En 1991 la Casa de Alba cedió el Castillo al Ayuntamiento de Alba de Tormes para utilizarlo con fines turísticos. La planta baja se ha convertido en un museo con los restos de bustos, cerámicas y monedas de la época; mientras en la primera planta se pueden observar los frescos renacentistas sobre la Batalla de Mühlberg y documentos medievales. En su parte superior se ha habilitado un museo que acoge la muestra permanente Fernando Álvarez de Toledo, la forja de un linaje. En la última planta se encuentra un mirador panorámico.

Esta declarado bien de interés cultural desde el 22 de abril de 1949.