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Castillo de Paso Alto

El Castillo del Santo Cristo de Paso Alto fue levantado a mediados del siglo XVI. Durante el ataque de Nelson jugo fue decisivo en la derrota británica.

Castillo de Paso Alto

El emplazamiento del castillo de Paso Alto fue estudiado concienzudamente pues se ubicó en el lugar exacto donde las corrientes y los vientos dominantes obligaban a los barcos a pasar muy cerca de la costa.

          Desde 1582 existía en este lugar un fortín, denominado Santo Cristo,  transformado en baluarte en 1625, que estaba dotado de cuatro piezas de bronce y cuatro de hierro. Durante el ataque del almirante inglés Robert Blake, en 1657, sobre esta fortaleza cayeron 1.200 balas y 200 palanquetas, matando a cinco soldados tinerfeños.

          Como en la noche del 18 de diciembre de 1774 una tormenta le causó graves destrozos, el ingeniero militar Andrés Amat de Tortosa lo reconstruyó de tal manera que, al finalizar los trabajos (1784) era el segundo Castillo en importancia del Puerto, pues tenía planta semicircular, con una plataforma a ras del agua, y un edificio de dos plantas a sus espaldas en la que, aprovechando el desnivel del terreno, el techo del piso bajo servía de plataforma a la planta alta.

          En la explanada alta tenía 65 metros de magistral para artillería y, en su planta baja, tres casamatas y 115 metros de línea de fuego para infantería. Estaba artillado con diez cañones de a 24, ocho de a 16, cuatro de a 8, y dos morteros de calibre 12. Su guarnición la formaban: 1 Oficial, 1 Sargento, 2 Cabos y 17 Soldados.

          El castillo de Paso Alto participó eficazmente contra el ataque de Nelson y así, el 28 de julio de 1797, el Gobernador del Castillo, Pedro de Higueras, dio parte al General Gutiérrez sobre el daño causado por el fuego enemigo, a fin de proceder a su composición, indicando: "Habiendo reconocido en el Castillo a mi cargo el estrago que pudo haber ocasionado el desembarco del día 22 y el bombardeo que ejecutaron la noche del 24 la fragata y la obusera de la Escuadra Inglesa del Almirante Horacio Nelson al haber arrojado más de 41 bombas sobre el referido Castillo, solo una de ellas cayó en la cocina rompiendo algunas tejas, tablas y un pedazo de tabique de una alacena contigua a un cuarto donde había paja para las bestias sin que esta se hubiera incendiado, mientras que otra hizo explosión dentro de la Capilla, en donde se hallaba un crucifijo, sin que causara el más leve daño los seis cascos en que se abrió".

          En 1881, se le abrieron nuevas troneras y se le añadieron 3 cañones y 2 obuses de hierro. En 1898, ante la posibilidad de una invasión por parte de Estados Unidos, se construyó una batería anexa con 50 metros de magistral, que recibió el nombre de La Cortina, la cual sería demolida (1965) para construir el Club Deportivo Militar de Paso Alto.

El castillo de Paso Alto, tras su restauración, el 2 de mayo de 1955

          Como homenaje a la Gesta del 25 de julio de 1797, el Ministerio del Ejército dispuso su restauración y embellecimiento para instalar un Museo en sus dependencias; la inauguración, con la presencia del Ministro del ramo, tuvo lugar el 2 de mayo de 1955  pero, veintitrés días más tarde, la Comandancia de Obras y Fortificaciones de Canarias lo entregó a la Junta de Obras del Puerto de Santa Cruz de Tenerife, por 330.087,50 pesetas, (1.983,87 Euros) con el fin de que este Organismo pudiese realizar las obras de la carretera que unía la dársena de Anaga con la del Este.

          En el documento de cesión, aparte de la condición de cumplir lo establecido sobre protección de los Castillos de España (1), se especificaba que el Castillo ocupaba una superficie de 1.420 metros cuadrados, su única entrada estaba flanqueada por dos pilastras rematadas por pirámides altas que, en unión de otras diecisiete, de menor tamaño, todas ejecutadas en piedra artificial y unida por gruesas cadenas de hierro forjado y jardineras bajas conforman la fachada principal.

          La explanada superior, de forma semicircular, limita en el frente de mar por un ancho parapeto, en el que se abren cinco troneras emplazadas sobre cureñas de madera con ruedas de hierro que acogen los cuatro cañones de bronce, fundidos en 1717, durante el reinado de Felipe V, con los siguientes nombres, copiados textualmente: "Orible", "Inbensible", "Espanto" y "Torpe". En la parte opuesta al mar existen dos pérgolas, compuestas cada una por seis pilastras de piedra artificial y un entramado de vigas de hormigón (seis por cinco), decoradas por las buganvillas que dan sombra a los bancos de piedra.

          El descenso al Patio de Armas se verifica por una amplia escalinata situada junto al muro de contención de la Avenida, que desemboca en una fuente de tres cuerpos. A ambos lados de la pila se levantan dos pérgolas similares a las de la explanada superior. En el muro frontal del patio, donde se abren los arcos y puertas de entrada a los locales cubiertos, se ha conservado la antigua construcción de sus jambas y dinteles en piedra natural. Los tres arcos de medio punto, que sirven de entrada, están cubiertos con bóvedas de cañón que conservan la sillería de la época en piedra basáltica; cada uno de ellos tiene, en el frente de mar, una gran tronera de sillería de piedra natural con una vidriera de colores emplomados, decorada con los emblemas del Ejército y los escudos de armas de la Isla y de la Capital; a ambos lados se han escrito, con letras de metal, los nombres de los defensores de la Plaza fallecidos en la gesta. El local central, destinado a capilla, tiene un altar de piedra artificial con el símbolo alfa-omega grabado en su frente.

          El castillo fue utilizado a principios del siglo XVII como calabozo del pirata tinerfeño Ángel García, conocido con el sobrenombre de  Cabeza de Perro, antes de su ejecución en los Molinos de Anacleto. En 1808, estuvo preso Juan Primo de la Guerra, III Vizconde de Buen Paso, y durante la Guerra Civil Española fue utilizado como prisión militar.

          En la actualidad se halla situado en la Avenida de Anaga, entre el Club Militar de Paso Alto y la Escuela de Náutica, dado frente a la dársena de Anaga del Puerto de Santa Cruz de Tenerife. Es de propiedad municipal y carece de uso.

Texto y fotografías propiedad de José Manuel Ledesma Alonso.

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