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El edificio Grandes almacenes Madrid-Paris Gran Vía 32: antiguos grandes almacenes Madrid-París y después propiedad de La Unión y el Fénix Español. Actualmente propiedad del grupo PRISA. Teodoro de Anasagasti Algán y Maximiliano Jacobson (ingeniero): 1920 (P), 1922-1924 (O).
Pioneros de los grandes almacenes de Madrid, este edificio se empezó a construir en Diciembre de 1920, sobre uno de los amplios solares adquiridos en la nueva Gran Vía madrileña, 3.883 m2 de extensión, en la ya olvidada Avda. de Pi y Margall, se encomendó la edificación al arquitecto, que tanto debe la ciudad de Madrid, D. Teodoro Anasagasti , quien a partir de unos planos de origen francés, concibió un edificio en el que al penetrar en el interior el cliente quedaba verdaderamente sorprendido.
El edificio Madrid-París fue inaugurado por Alfonso XIII en 1924, siendo uno de los más suntuosos de la época, con ascensores a la última, mármoles, lujosas cerrajerías y una gran cúpula a imagen y semejanza de la de los almacenes Lafayette en París. Tras tres años de duras gestiones abrían al público. Desde ese día Madrid contaba con un gran establecimiento inspirado en los almacenes parisinos. Todo gracias al esfuerzo de aquellos que participaron en semejante hazaña.
Al entrar al hall principal de la planta baja, se presentaba un grandioso espectáculo realzado gracias a la luminosidad de la cúpula abovedada que coronaba la azotea de la planta cuarta. En sus formas era colosal, un total de seis plantas de elegantes líneas, coronadas y ensalzadas por dos distinguidos torreones, en cuyo interior se dispuso la construcción de dos depósitos con una capacidad de almacenamiento de nada más y nada menos que 100.000 litros de agua, que procuraban a la fachada principal un estilo único. Todos los materiales eran de primera calidad, no se escatimó ni en esfuerzos ni en recursos para su equipamiento.
El edificio supuso a la firma un desembolso cercano a los 10.000.000 de pesetas en el se podían adquirir géneros a precios que abarcaban desde los 5 céntimos a las 100.000 pesetas. Pasear por sus dependencias era un lujo: joyas, pieles, muñecas y juguetes, sombreros, porcelanas, artículos de viaje, caza y deportes, refinados perfumes, y un sin fin de géneros fieles herederos de nuestra tradición actual.
En 1925 los almacenes Madrid-París arrendaron parte del edificio a Unión Radio, la emisora con más historia de este país. En 1931 Unión Radio Madrid retransmitía la proclamación de la República en la Puerta del Sol, y se convierte en el aparato propagandístico del gobierno republicano. Desde allí dijo La Pasionaria su histórico No pasarán. Durante el franquismo, ya con la denominación de SER (Sociedad Española de Radiodifusión), se convirtió en miembro de todas las familias españolas, Radio Nacional tenía el monopolio de la información y la SER era la emisora de entretenimiento por excelencia.
El edificio de hoy en día no luce como en su bautizo dorado, es ahora mucho más austero y carece de las dos torres laterales que lo caracterizaban originalmente.
La quiebra de los almacenes en 1933 motivó que pasara a ser sala de cine, según el proyecto de ese mismo año de Teodoro Anasagasti, con la ayuda del también arquitecto Charles Siclis, llevado a cabo entre 1934 y 1935, el monumental inmueble se convirtió totalmente en la década de los 50, cuando fue ampliado a altura a costa de perder su aspecto y configuración originarios: las torres que lo culminaban se sustituyeron por dos nuevas plantas más; todo el edificio por último se coronó con un ático en el que se situó una estatua de la UNIÓN y EL FÉNIX.
