- Actividades
- Periodo Histórico
- Comunidades
El templo de Santa Catalina Mártir está situado en la Plaza Lope de Vega de la ciudad de Valencia en el barrio medieval, sobre el lugar donde existió una mezquita, es solamente visible la fachada que recae a la antigua plaza de les "herbes" actualmente plaza de Lope de Vega, y también su famosa torre campanario. La cabecera de la iglesia se encuentra totalmente rodeada de casas lo mismo que pasa con el lado derecho de la nave. El lado izquierdo, se ve parcialmente desde la otra calle, la de la Tapineria.
La iglesia de Santa Catalina se remonta a la conquista de Valencia por Jaime I en 1238, ya que era una de las diez parroquias de la ciudad. Al conquistar Valencia, Jaime I intentará remodelar todo el espacio urbano distribuyéndolo en parroquias. Para ello concede al arzobispo de Tarragona las mezquitas y cementerios musulmanes. Distribuyó el espacio concediendo a cada una de las diez parroquias un territorio, una de ellas fue la de Santa Catalina.
Recibió el nombre de Santa Catalina por expreso deseo del Rey don Jaime en honor a su hija la infanta Catalina de la casa real de Aragón. Data de 1245 cuando se empiezan a construir parroquias en las antiguas mezquitas en los alrededores de la catedral.
La Iglesia se compone de una sola nave de seis tramos, con contrafuertes laterales donde se colocaron las capillas y un ábside poligonal iluminado por ventanas alargadas cerradas por vidrieras. Al igual que la Catedral es la única de las iglesias góticas de la ciudad con un espacio en la cabecera que rodea el altar mayor. El cuerpo principal del templo se construyó a lo largo del siglo XIV, terminándose las obras entre 1367 y 1371. Está compuesta de siete capillas laterales en el lado de la epístola, dos capillas en la nave del evangelio y siete capillas en la girola donde está la más grande de todas que es la de la Adoración o de la Comunión.
En el año 1548 y después de un gran incendio, el edificio fue revestido con decoración renacentista y más tarde, en 1785, se le dio un aspecto barroco.
A comienzos de la Guerra Civil Española la asaltaron milicianos republicanos, los cuales la incendiaron no siendo posible restaurarla hasta la década de 1950, donde se pudieron realizar las obras de reforma correspondientes quitándole a los muros todos los restos barrocos y neoclásicos para dejarle su estilo gótico que mantenía al principio.
El campanario obra maestra del barroco se construyó entre 1688 y 1705 por Juan Bautista Viñes, tiene planta hexagonal y se divide en cuatro pisos separados por molduras, tiene remate superior y cuerpo de campanas. Su mayor riqueza decorativa está en el tramo superior. Los ángulos tienen forma de columnas salomónicas semiempotradas. El conjunto termina con un templete cubierto por un pequeña cúpula de piedra labrada en forma de escama de pez y grandes volutas como si fueran contrafuertes unidas al cuerpo de las campanas. Como remate sobre la cúpula, hay una bola que representa al globo terráqueo y una veleta con símbolos de Santa Catalina. Tiene una altura de 56,12.
En el año 1729 las campanas se fundieron en Londres y se colocaron seis campanas en la Torre estas fueron bendecidas y subidas al campanario y el 21 de Noviembre se realizó el primer vuelo. En el año 1914, se le añadió el reloj. Al ir a repararlo durante la restauración que se hizo en el año 2012 se dieron cuenta que era bastante moderno, se decidió retirarlo y colocar el que tenía en 1902.
Frente a ella se abrió la calle de la Paz a finales del siglo XIX la calle de la Paz, mejorando la comunicación del centro con el mar.
Desde hace más de 50 años, el templo está regido por la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos.
Esta Iglesia tenía un cementerio propio situado cerca del mercado central pero a principios del siglo XIX desapareció.