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La ría y el lago de El Capricho

La ría tiene una longitud de medio km, recorriendo a lo largo todo el norte del jardín y finaliza en el lago del madrileño Parque de El Capricho.

La ría recorre a lo largo todo el norte del jardín, casi paralela al muro que lo delimita. Tiene una longitud de medio km. Hacia la mitad de su recorrido se abre en un pequeño lago que alberga dos islas. En este punto encontraremos varios puntos singulares: el monumento funerario dedicado al III Duque de Osuna, el embarcadero o “casa de cañas”, el puente de hierro, la isla de los cisnes y restos de antiguos pabellones. La ría está delimitada por muretes de ladrillo macizo. Para el fondo y las paredes hay diferentes acabados, pues debió dar siempre problemas y pérdidas constantes de agua. Actualmente se ha restaurado por completo, respetando íntegramente su diseño original. En su deseo de mantener su imagen “serpenteante”, sus paredes ondulan continuamente, pudiendo decirse que no existe ni un solo metro rectilíneo. Las curvas sinuosas se suceden y las vistas van cambiando según nuestro recorrido avanza por la ría.

El fin primordial de la ría es que los participantes de las fiestas y ceremonias organizadas por los duques de Osuna se pasearan en falúa o en barca y disfrutasen del frescor y verdor del lugar. La ría termina en  el Casino de Baile, lugar donde finalmente parecía que se dirigían los invitados. La ría parece simbolizar el viaje del hombre hacia su destino.

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Puente de hierro

La ría es atravesada por un puente acueducto que forma una pequeña gruta. La construcción del puente de hierro, del que se dice fue el primero construido en España, fue idea de Don Pedro Alcántara y dirigido por el arquitecto Martín López Aguado. A su vez, el puente de hierro es la entrada al lago.

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Casa de cañas

El embarcadero o “casa de cañas” (llamada así por el material en que estaba construido)  formaba parte de los que se denominaban “juguetes chinescos”, muy en boga en ese momento, para guardar las barcas e incluía además un pequeño pabellón de reposo, o “comedor rústico”, abierto hacia el agua. Su autor, y el de varias otras construcciones del parque, es el escenógrafo italiano Angel María Tadey. Tanto el comedor como el embarcadero están ornamentados con pinturas murales simulando una arquitectura inexistente, utilizando lo que se suele llamar en pintura “trampantojo”.

 

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Bibliografía, Créditos y menciones

Texto propiedad de Diego Salvador Conejo. Fotografías propiedad de Sonia Casalins

Geolocalización:

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