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Roda de Ter se encuentra en la comarca de Osona en la provincia de Barcelona, concretamente en el valle de Ter poco después de su confluencia con el Gurri.
La población tuvo su origen en el poblado ibérico de La Esquerda (perteneciente al municipio de Masías de Roda) que fue abandonado a principios del s. XIV. Sus habitantes se asentaron en un nuevo núcleo, en uno de los extremos del puente sobre el río Ter.
Los orígenes de este puente se pueden encontrar probablemente en época romana, aunque el puente actual no se puede decir que sea romano.
Por este viaducto pasaba la strata francisca o camino a Francia en época medieval. Se sabe que en esta época, concretamente durante el siglo XI, hay documentadas dejas testamentarias que debían contribuir a la construcción del puente.
A finales del siglo XVI el puente sufrió graves desperfectos a causa de un fuerte aguacero. En 1617 otra riada provocó su destrucción parcial. En 1648 fue reconstruido, gracias al rector de Roda, Jaume Marsal. Parte de los guijarros de río que se pueden ver actualmente en la obra del puente son de esta época. También en el siglo XIX se hace otra importante remodelación: la Diputación de Barcelona se encarga de volver a reparar el puente, en esta ocasión se construye la segunda hilada de arcos que ha hecho que Roda se conociera popularmente por el dicho “Pont sobre pont i una esglesia en cada cap” en castellano: puente sobre puente y una iglesia en cada cabeza, refiriéndose a que a cada lado del puente hay una iglesia; la ermita de Santa María del Sol del Pont (Santa María del Suelo del Puente) y la iglesia parroquial de Sant Pere (San Pedro).
El puente y las dos iglesias son todavía hoy día el emblema típico de la villa de Roda de Ter.
El puente actual, que conserva una parte de la antigua edificación, se considera patrimonio de valor histórico y arquitectónico de la villa.
