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Las Ruinas de San Pelayo o también conocidas como las Ruinas de San Isidoro, son los restos de una iglesia románica, que constaba de una única nave cubierta con armadura de madera y con un ábside semicircular realizado en el siglo XI. La construcción es de mampostería ordinaria y fabrica mixta de piedra arenisca roja de Ávila.
Desde el año 1062 las Ruinas de San Pelayo pasaron a llamarse también Ruinas de San Isidoro, debido a que el cuerpo de este santo descanso en ellas cuando era traslado desde Sevilla a León.
El edificio originalmente era una pequeña ermita a extramuros de la ciudad castellana, junto al margen derecho del río Adaja, en la línea divisoria de los barrios judío y moro. Se construyó sobre otra prerrománica. Hasta el siglo XVI fue parroquia y en el siglo XVII su fábrica fue reedificada pasando a ser ermita anexionada a San Nicolás.
Tras la desamortización llegó su definitiva ruina, fue derruida y sus restos vendidos a un particular.
El 20 de enero de 1866, dichos restos fueron cedidos al Ayuntamiento de Madrid y el 9 de marzo de ese mismo año, se decidió su emplazamiento en los jardines del Buen Retiro. En el año 1999 se procedió a la restauración de las ruinas.
Las ruinas existentes hoy en día en el Parque del Retiro forman parte del Patrimonio Histórico Artístico de Madrid.
Las Ruinas de San Isidoro se componen de un paredón recto de mampostería de ladrillo visto con un arco de medio punto sobre columnas y jambas y el ábside con sus ventanales y columnas adosadas. Su orientación es incorrecta ya que el ábside apunta al sur en lugar de al este, como es preceptivo en un edificio de origen medieval.
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22:09 27/06/2013
Que preciosidad, no tenia ni idea
Carmen