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BREVE HISTORIA DE SAGUNTO:
La cima del castillo es el foco de donde parte la historia de la ciudad. En el sector occidental, más elevado, quedó constituida la ciudad ibérica de Arse desde el siglo V a.C., con una muralla que posiblemente la rodeaba por sus flancos N, O, y S.
Es un poblado de una extensión de 5ha que desempeñó un papel importante, en gran medida por su posición estratégica, acuñando moneda de plata y bronce y llegando a centralizar la producción de una extensa área circundante y a establecer contactos con el comercio mediterráneo, a través de su puerto.
Codiciada por cartagineses y romanos, la ciudad fue destruida durante la Segunda Guerra Púnica (218-212 a. de C.) y reconstruida con ayuda de los romanos después del 212 a. de C.
La toma de la ciudad por Aníbal constituyó un acontecimiento decisivo para la movilización del ejército romano hacia Hispania, con objeto de frenar el avance cartaginés que había superado la línea del Ebro, establecida como límite de las áreas de influencia romana y cartaginesa en la Península Ibérica.
La devolución de la ciudad a los íberos, debido a los Escipiones, favoreció las relaciones con Roma. La transformación de la ciudad ibérica en hispanorromana se manifiesta en el cambio de nombre, que pasa a denominarse Sagvntum. Sagunto, independiente y aliada de Roma, pudo disponer en ese momento de una ampliación y renovación de su aspecto monumental.
El panorama cambia en tiempos de Augusto (27 a.C.-14 d.C.), caracterizado por una actividad constructora encaminada a imponer un aspecto urbano que abarca toda clase de obras de infraestructura territorial. Es en este momento cuando a Sagunto se le concede el rango de "municipium" de ciudadanos romanos.
La planificación de la nueva ciudad queda organizada incluyendo el río Palancia con la construcción de un puente que constituye el eje N-S de toda la disposición constructiva y del que sólo se conservan dos pilares realizados en hormigón. Así queda unida Sagvntum con la Vía Augusta.
Sagunto, en el siglo I, ejemplifica un caso de urbanización en pendiente: en la parte baja del municipio se dispone el espacio urbano propiamente dicho. En la terraza superior se construye el teatro romano, que con su forma semicircular, sirve de bisagra para orientar la visión hacia el foro de la ciudad, en la Plaza de Armas del Castillo.
El proceso de romanización conllevará un desarrollo económico y artístico de la ciudad y de su zona de influencia. Desde el punto de vista artístico, este resurgimiento se plasmará en la erección del teatro y circo romanos, así como otros monumentos civiles y religiosos.
Durante los siglos V-VII, Sagunto sufre la invasión de los pueblos bárbaros —alanos, vándalos, godos y bizantinos—, aunque aún durante la época visigótica (VI-VII), Sagunto continua presente en las acuñaciones monetarias de Gundemaro y Sisebuto, como plaza emisora durante la ocupación bizantina de las costas valencianas.
Por el siglo VIII cae bajo el dominio árabe. A partir de esta época es cuando el topónimo “Saguntum” cambia a “Morbyter” y otras variantes, y más tarde se denominará “Murviedro” en castellano “Murvedre” o “Molvedre”, en valenciano, denominaciones derivadas de los “muri veteres” de la Edad Media. La dominación islámica traerá consigo una vida floreciente en la agricultura, alfarería y relaciones comerciales, construyéndose baños, palacios, mezquita y escuelas.
En la conquista cristiana llevada a cabo por Jaime I en el primer tercio del siglo XIII, aunque no se conoce la fecha exacta, hay bastantes alusiones a Murviedro en la Crónica del rey Conquistador, construyéndose a partir de entonces las nuevas iglesias cristianas del Salvador, y más tarde Santa María —en el lugar que ocupaba la mezquita— repoblando la villa con gentes que le acompañaban en la conquista. Durante la época foral coexistirán en la villa diversas etnias y religiones —judíos, cristianos, moros—, aunque con fricciones derivadas en parte de su distinto credo y raza.
Sagunto también tendrá protagonismo durante las guerras de la Unión entre Aragón y Valencia, las guerras de las Germanías y más tarde las de Sucesión y de la Independencia. En ésta última la fortaleza fue sitiada por el mariscal Suchet y defendida heroicamente por el brigadier Andriani. Fue tomada a finales del 1811 después de varios intentos fallidos. Cabe destacar la figura del héroe de la Independencia D. José Romeu y Parras, guerrillero que fue ajusticiado en la plaza del Mercado del Valencia el 12 de Junio de 1812, al rechazar el indulto que le ofrecía José Bonaparte a cambio de que le aceptase como rey.
En 1868, el Gobierno Provisional restituyó a Murviedro el glorioso nombre de Sagunto, siendo restaurada la monarquía borbónica en la persona de Alfonso XII en 1874 por el general Martínez Campos, concediéndole el monarca un año después el título de Ciudad a la ya Muy Ilustre y Leal villa, por haber sido la primera población en reconocerle como rey.
El siglo XX significa para a la ciudad y comarca saguntinas el despegue económico, tanto en el sector agrícola como en el industrial.
Desde el punto de vista agrícola, se produce la introducción de la mecanización en las labores del campo, así como la transformación de los antiguos cultivos, en su mayoría de secano, para dejar paso al cultivo de los agrios, de mayor rentabilidad económica, que será el verdadero motor del desarrollo agrícola.
En el sector industrial, a comienzos de siglo se crea la Compañía Minera de Sierra Menera, y más tarde la factoría siderúrgica de Altos Hornos, para la producción de acero, asentándose en el Puerto de Sagunto.
En los primeros años de la década de los ochenta, a raíz de la reconversión industrial en el sector siderúrgico y el posterior cierre de la fábrica de Altos Hornos del Mediterráneo, base fundamental de su producción industrial, Sagunto es declarada Zona de Preferente Localización Industrial, que supondrá la diversificación de su tejido productivo, en el que destacan los sectores de construcción, químico, metalúrgico, vidrio y alimentación.
Actualmente, Sagunto, con sus dos núcleos urbanos, constituye un puntal en el sector económico de la Comunidad Valenciana.